Los apellidos españoles pueden agruparse en varios campos semánticos; por ejemplo, algunos apellidos proceden de edificios y construcciones como Torres, Castillo, Corral, Puente, Iglesias, Cabaña, Rincón. Otros se refieren al relieve del terreno: Sierra, Serrano, Monte(s), Campos, Valle, Cuevas, Peña, Roca; otros son procedentes de la vegetación como Aceituno, Bosque, Encina, Pino, Manzano, Olmos, Olivo, Olivares, Olivera, Manzanares, Rosales, Flores, Naranjo, Huerta, Vega; en relación con el agua: Arroyo, Ríos, Lagos, Aguayo, Aguado, Torrente, Ribera, Rivera, Fuentes; lugar de origen: Del Campo, De la Fuente, Del Río, De la Vega, De la Cruz, De la Torre. También pueden provenir de rasgos físicos como Blanco, Moreno, Rubio, Calvo, Cano, Castaño, Crespo, Barriga, Seisdedos; virtudes: Amigo, Bueno, Cortés, Franco; de oficios relacionados con la artesanía y el comercio como Herrero(a), Carbonero, Carnicero, Molinero, Pastor, Zapatero, Sastre; de cargos eclesiásticos como Abad, Cardenal, Iglesias, Monje, Sacristán; de títulos nobiliarios: Rey, Conde, Duque, Hidalgo, o relacionados con el ejército como Alférez, Alcalde, Alguacil, Coronel, Guerra, Guerrero; relacionados con animales: Águila, Aguilera, León, Cordero, Toro, Ilabaca.