Preservar y reconocer el valor de nuestra historia es indudablemente una tarea muy importante a la que se tiene que volcar todo nuestro esfuerzo para asegurarar el recuerdo de nuestras raíces y el vínculo con los que en el pasado forjaron nuestro destino. El presente trabajo de investigación histórica familiar lo inició mi padre Hellmuth Fiegelist Heise allá por el año 1945, con la recopilación de datos de la historia de la colonización alemana del sur de Chile y de la familia en particular. Durante muchos años observé esta actividad con la indiferencia propia de la infancia y pubertad, pero sin duda alguna algo fue quedando, el interés por estos temas.

En 1964 ingresé como socio al Instituto Chileno Norteamericano de Cultura de Concepción, circunstancia que terminó por hacer madurar mi interés por estas investigaciones. Primero cayó en mis manos un libro titulado "The Melting Pot", El Crisol, el que hace una completa reseña del proceso de inmigración de diversas nacionalidades a los Estados Unidos. Se señalaba ahí que en el mismo período en que llegaron a Chile poco más de 8000 ciudadanos alemanes, llegaron a Estados Unidos más de un millón y medio. Al leer esto nació en mi mente la idea de que era más que probable que algún Fiegelist hubiera emigrado al gran país del norte. Por muchos años revisaba las cartas al director en las revistas, con la idea de que quizás un día un Fiegelist se enojara con alguna publicación y escribiera una carta al director, revelando así su presencia.

Una tarde de enero de 1979 sucedió el hecho que determinó mi incorporación definitiva a estas investigaciones: el descubrimiento en guías telefónicos de ciudades americanas de la existencia de seis personas en Cleveland y Detroit que llevaban nuestro apellido, escrito igual de la primera a la última letra. Mi loca teoría quedaba confirmada plenamente. Como se relatará oportunamente les escribí, me contestaron y por una cadena de acontecimientos muy afortunados logré comprobar documentalmente que efectivamente ellos eran descendientes de un primo de mi tatarabuelo Fidel Fiegelist Kern. Una consecuencia de estas investigaciones fue el lograr los datos completos de nuestra genealogía hasta un pasado tan remoto como pueden tenerlo muy pocas familias, ya que se logró seguir nuestras raíces hasta el origen mismo de la familia en Suiza.

Se deja constancia aquí que este minuto en que divisé el montón de guías telefónicos en la Biblioteca del Instituto Chileno Norteamericano de Cultura y decidí investigar si encontraba apellidos parecidos, cambió mi vida por completo. En primer lugar ello me impulsó a colaborar y complementar el trabajo de tantos años de mi padre y llevarlo a una conclusión que nadie esperaba. También se estableció un vínculo muy intimo y cordial con la rama americana de la familia, por carta primero, por contactos por radioaficionados, por fono, cassettes de audio y vídeo, actualmente vía Internet y el contacto personal con ellos cuando han visitado Chile en 1993 y 1998 y cuando he viajado en 1996 y 1997 a los Estados Unidos. ¡Que emocionante ha sido darnos la mano frente a la tumba de Johann Fiegelist en el Cementerio de Freemont, Ohio, USA al igual que ante la de Fidel Fiegelist en el Cementerio de Puerto Montt, Chile! Fue la reunión de dos ramas de una familia separadas en dos países de diferente cultura e idioma desde 1852 a 1979, ¡127 años!  Sin saber ninguna de la existencia de la otra. Sin embargo se conservó la grafía del apellido sin cambiar ni una letra, y muchos rasgos similares, como maneras de pensar y actuar de una similitud que no deja de sorprender. Finalmente esta actividad me ha brindado incontables horas de esparcimiento, un enorme enriquecimiento cultural y como ya se ha mencionado la posibilidad de conocer en con detenimiento un país tan interesante como los Estados Unidos.

El presente trabajo no es otra cosa que una recopilación y ordenación de tanta información hasta ahora dispersa, producto del esfuerzo de mi padre y del autor de estas líneas, con miras a su preservación para futuras generaciones que ojalá sepan valorar y preservar esta información y los contactos familiares a que ello ha dado lugar.

No quiero terminar esta introducción sin dejar de agradecer a todos los que han colaborado generosamente a través de los años proporcionando fotocopia de documentos familiares, que han servido de base a los listados, cuya información está avalada por los correspondientes certificados de nacimiento, libretas de familia, etc. Un recuerdo muy agradecido para el Sr. Emil Münch Q.E.P.D., de Altheim, en Württemberg, Alemania quien con tanto entusiasmo y generosidad realizó el valioso trabajo de investigación en los archivos parroquiales en Alemania, verdadero pilar de este trabajo. Fue providencial que lograra el contacto con él pocos años antes de su deceso, ya que esta investigación requería de un experto como él para su realización.

Espero que el lector se entretenga tanto leyendo estas líneas como me he entretenido yo al escribirlas.

Hellmar Fiegelist Nannig

Concepción, junio de 1998.